Las comunidades virtuales y cinco pasos que me ayudaron efectivamente a comprometerme con ellas.

Algo que he puesto en práctica durante estos últimos tres años ha sido el llegar a utilizar las diferentes estrategias posibles para acercame a distintos tipos de audiencias y de alguna manera crear comunidades virtuales en las diferentes áreas que me interesaban ver mejor impulsadas. Y lo que he podido comprobar es que para crear…

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Las comunidades virtuales y cinco pasos que me ayudaron efectivamente a comprometerme con ellas.

Las comunidades virtuales y cinco pasos que me ayudaron efectivamente a comprometerme con ellas.

Algo que he puesto en práctica durante estos últimos tres años ha sido el llegar a utilizar las diferentes estrategias posibles para acercame a distintos tipos de audiencias y de alguna manera crear comunidades virtuales en las diferentes áreas que me interesaban ver mejor impulsadas. Y lo que he podido comprobar es que para crear ese tipo de conexión con la gente se requiere idear claramente diferentes formas de acercamientos; por ejemplo, algunas de las que empleo van desde llevar a cabo pequeñas acciones con la gente hasta sumergirme completamente en proyectos en donde ni siquiera tenía la menor idea de cómo íba a proceder, pero en donde tenía claro que íba a disfrutar el proceso y abrazar el aprendizaje.

De lo que estoy segura en estos momentos es que no hay una fórmula sencilla y precisa, ni una mejor manera, de crear conexiones que generen resultados efectivos con facilidad; en una de mis experiencias de trabajo diario, por ejemplo, el intentar producir un contenido (o material) en donde las personas estén totalmente escuchando o participando es algo que en cada práctica puede traerme diferentes resultados y abrirme nuevas perspectivas sobre las cosas. En mi trabajo constante que involucra comunicaciones y plataformas virtuales, las prácticas comunes van desde simplemente compartir mensajes por los medios sociales, asistir y participar en encuentros ( o eventos) para obtener una información específica, e incluso colaborar con otros profesionales y seres proactivos para darle vida a artículos que de alguna manera involucran a un segmento de una comunidad determinada. Lo curioso de todo esto, y un objetivo que siempre mantengo presente, es que sin importar los tipos de canales que utilicemos para enviar o distribuir los mensajes, por muy cortos que éstos sean, vamos a tener a personas conectadas en los temas que nos interesan siempre y cuando a ellas les demos la oportunidad de realizarse y desarrollarse por sí mismas en lo que presentamos. Y esto es algo que pongo mucho a prueba y lo confirmo como una estrategia poderosa a la hora de destacar un producto, un servicio, una personalidad o una campaña sencilla; todo aquello que creamos y consideramos con cautela en relación a quienes servimos tiene realmente el gran potencial de convertirse en una plataforma que permite que otros se desarrollen en o con ella.



También han habido tareas difíciles en este proceso de transmitir mensajes y crear compromisos con la gente mientras se mantiene una comunicación contínua, y uno de esas tareas es cuando entendí que por muy buenas intenciones que se tengan, y por mucha dedicación que uno ponga en el mensaje que se espera transmitir, esto no puede ser completado en un solo paso; a veces se requiere de una serie de actividades o una serie de interacciones consistentes para que produzca el resultado que también estamos esperando (o al menos un poco de ello). Algo que mucha personas no logran entender es que parte de estas tareas envuelven el solicitar apoyo y responder a solicitudes, al igual que requiere que aprendamos a ser agradecidos y a reconocer participaciones y actitudes de la gente; y como compartí hace poco, “no importa lo que uno haga, si realmente queremos tener más efectividad en los resultados, de alguna manera debemos encontrar formas de hacerle ver a las personas en nuestra comunidad o audiencia que se les valora – y hacerlo honestamente mostrando los puntos en donde se les valora”.

Para mí en algunos de estos proyectos virtuales ha sido clave siempre ir resaltando un punto de respeto para las partes involucradas y esto no siempre lo logro con facilidad porque las partes generalmente tienen cosas importantes que decirse la una a la otra – y si evitamos abordar o escuchar sobre diferencias (que puedan surgir) cuidadosamente estamos prácticamente rompiendo la esencia de la comunicación efectiva.

Y si por casualidad perdemos esa oportunidad de llegar a una audiencia porque hemos olvidado mostrar el valor que tiene una colaboración que han hecho otras personas con nosotros, es probable que esa colaboración no suceda nuevamente y comiencen a propiciarse rupturas dentro de la comunidad que se alimenta.

Aquí quiero mencionarte rápidamente cinco pasos que aunque son repetidos por muchos profesionales y especialistas en la materia, igualmente los recalco como unos pasos geniales para crear una comunidad fuerte que inicia virtualmente:

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  • 1. Enfócate en una comunidad que puedas abordar claramente y en la que sientes que puedes aportar rápidamente valor.
  • 2. Invita a que otros hagan contribuciones útiles y que solventan de alguna manera las necesidades de otros.
  • 3. Honora el trabajo en comunidad, y si puedes, dignifica lo que sabes que hay que dignificar.
  • 4. Cultiva y alimenta interacciones que sean fuertes.
  • 5. Ábrete a aprender y a mejorar con cada tema y perspectiva que tiene potencial de fortalecer a todos los miembros.

Gracias por visitarme, y siéntete en libertad de compartirme situaciones o ideas que te han servido a tí también para mejorar en tu carrera o vida personal al unirte a comunidades que realmente te empoderan a diario.